sábado, 11 de octubre de 2008

PREGUNTAS GENERADORAS CUARTA TUTORIA

¿Qué situaciones sedan en todo acto lector?

R.

En todo acto de lectura subyacen dos situaciones: a) una práctica lingüística y, b) una actividad directamente relacionada con el quehacer humano, con las motivaciones, las experiencias y la vida personal, pues es un aprendizaje que se construye y se conquista paso a paso desde el momento en que el sujeto descubre y redescubre nuevos mundos, nuevos saberes. De este modo, la recepción individual se encuentra mediada por los acontecimientos vivenciales y por diversas recepciones que determinan, en gran medida, las motivaciones hacia la lectura.


¿Por qué se dice que “La lectura se transforma en una actividad hermenéutica?

R.

La lectura se transforma en una actividad hermenéutica si se realiza interrogando al texto y si deja a éste responder, porque le permite al lector la construcción de interrogantes que hace extensivos al grupo social: lo individual y lo colectivo; entonces se interceptan en todo acto lector. Leer un texto es descifrar su significado; al mismo tiempo es agregar de acuerdo con una perspectiva personal una interpretación. En otras palabras, todo texto se caracteriza por su organización interna y su codificación múltiple. En el caso específico de la lectura literaria, la participación del lector se modifica, en la medida en que el universo de la obra es un universo inventado, recreado, ficcional en una palabra. De allí que la figura del lector se hace indispensable para construir el texto. La lectura literaria, que denominamos comunicación literaria, es una forma particular de comunicación entre el texto y el lector y puede estudiarse en dos niveles de análisis:

a) entre el emisor (autor implícito) y un lector "virtual"
b) entre el texto y el receptor. Tenemos, por lo tanto, al menos dos situaciones que se presentan permanentemente en forma simultánea: la extratextual, en la que se lleva a cabo la comunicación literaria entre un emisor-autor y un receptor-lector y la intratextual, entre un emisor-narrador-personaje y un receptor-narratario-personaje.


¿Qué pasa cuando el lector-alumno enfrenta una obra literaria?

R.

Ante todo podemos afirmar que se trata de un encuentro de naturaleza lingüística: las palabras de una página funcionan como señales que necesitan ser decodificadas para generar un proceso de significación. Esta es una operación compleja que requiere de la interacción de capacidades tales como la percepción, la imaginación y la memoria. El lector participa en una tarea de recreación que ocurre en un espacio temporal determinado. Puesto que esta actividad se origina en un lugar y en una época concreta, su realización descansa en actitudes y presuposiciones culturales específicas. El lector responde a la lengua como un ser social que comparte con otros miembros de la sociedad una manera de entender un campo léxico determinado por el uso común, pero también como un individuo cuya interpretación de las palabras está teñida por las experiencias vividas y por la experiencia en el uso de la lengua. En consecuencia, no hay lecturas idénticas. (Percival, 1987: 282)

En pocas palabras, la recepción individual de un texto narrativo es, a la vez, punto de llegada y punto de partida de una cadena de asociaciones, de acontecimientos e interacciones de naturaleza social, psicológica, estética, de situaciones históricas, de la tradición.


Cómo nos conduce el texto a la construcción de un universo imaginario? ¿de qué manera lo realizamos?

R.

Muchas veces los lectores se hallan tan identificados con los textos que no pueden establecer una distancia entre ambos, y su crítica está sobrecargada de juicios tales como "me ha gustado", "me parece el libro más importante que hasta el momento he leído", "refleja mi vida", etcetera. Así, podemos decir, que texto y lector-alumno se enmarcan dentro de una relación transferencial por medio de la cual la estructura del primero; sus vacíos, sus espacios en blanco, es llenada por el lector a través de los actos de imaginación, por el cúmulo de sus situaciones experienciales. De allí que, la recepción individual es tan variada como las experiencias de la vida misma. El lector introduce en su relación con la obra su experiencia continuamente cambiante y, a su vez, condicionada situacionalmente, entre ellas el conocimiento, la información, su biografía, sus bloqueos, sus perturbaciones que, como ser biopsicosocial posee de manera consciente o inconsciente. Los complejos procesos psicológicos que tienen lugar en el acto de lectura están mediados tanto por situaciones internas (imagos, afectos, represiones) como externas (la crítica, la enseñanza, la propaganda literaria). Este proceso al que llamamos transferencial surge espontáneamente en el momento que el lector comprende, internaliza, hace suyas las situaciones del texto y es inducido a hacerlas actuar una y otra vez, transformándolas de acuerdo con su propia visión, su punto de vista; a partir del cual el objeto estético comienza a emerger.


¿Considera que la literatura infantil le da al niño la posibilidad de fantasear?

R.

La lectura entonces se convierte en un gozo, en una actividad que permite no sólo aprender cosas de manera más o menos tangible, también se convierte en algo que nos acerca y nos aleja de la realidad al mismo tiempo. Nos permite fantasear, imaginar cómo es tal o cual personaje, cómo son los paisajes, los espacios en donde se desenvuelve la novela o cuanto.

¿Acaso no es fascinante estar esperando regresar a casa, o un momento libre para continuar con la novela que hemos dejado a medias? Quién, que disfruta la literatura quisiera cambiar esa emoción de regresar a su sillón favorito a retomar la lectura de su novela, en lugar de sentarse diez minutos y leerla por completo.

No hay comentarios: